Cruzó la linea demarcatoria. Pasó de la habitación de sus padres a la mía. Debe haber sido un acto tremendamente importante ya que era de noche y el pasillo se extendía unos cuantos metros.
Frente a mi puerta golpeó con el puño, al mismo tiempo que gritaba, ¡abuelo, abuelo! acicateado por el miedo. Abri la puerta complacido-
Mi habitación estaba solo iluminada por una lámpara situada en la mesita de luz.
-Me voy a quedar a dormir con vos! -declaró convencido.
Pirata Chico se ubicó en la cama, miró la situación y me dijo que apague la luz. Fue la falta de iluminación lo que permitió oir el ruido constante de los coches que pasaban por la autopista cercana y dejó entrar la luz de la luna por las viejas persianas de madera.
-¿Me prendés la linterna de tu celular?
-Si. Lo hice y le entregué la luz.
Se levantó con presteza y se fue a explorar todos los rincones de la espaciosa habitación. Las tablas de maderas del piso, el baño con sus azulejos negros y blancos en damero, mis zapatillas que estaban aguardando a los pies de la cama.
Al intentar iluminar el techo, cruzó su mano delante del foco de la linterna. Una sombra prolongada se irguió amenzante en la pared y terminó ampliándose al cielo raso hasta perder sus límites.
Pirata chico, lo interrumpi. Iluminá mi mano, que aparecerá un perro.
Me miró extrañado; su curiosidad y su confianza en mi, pudo más que su escepticismo.
La única sombra chinesca que sé hacer hizo su aparición. Ladró, movió sus orejas, abrió sus horribles fauces y todo terminó ahí.
Ahora miraba fijamente el foco de luz que salía del celu. Lo movió lentamente y comenzó luego a hacer círculos.
-Mirá, dijo admirado. puede hacer redondeles. Y movía el celular en la pieza oscura.
En un movimiento algo más brusco que los otros, el celular cayó al piso y la habitación quedó nuevamente iluminada
-¡Vamos a ver la luna! – dije sin preguntar.
Salimos a un parque enorme. Un tapíz de césped bien cuidado anticipaba un grupo de árboles de considerable porte que parecía ser un bosquecillo.
-Pirata chico. Vamos a los árboles!
-Pirata grande, prendeme la luz del celular
-¿Para qué? Deja que la luna nos ilumine.
-Pirata grande: prendeme la luz del celular.
¿Adivinen que?
Le prendí la luz del celular y sin prisa, iluminamos el cesped, descubrimos pequeñas flores amarillas ocultas entre el verdor, perseguimos mosquitos, trepamos las raíces de los árboles y volvimos al verde, mientras nos empachábamos de la débil y plateada claridad.
Pirata chico se dedicó a hacer círculos con la luz con el propósito de que llegue su señal hasta arriba, alto, lejos, hasta el satélite natural.
-¿Para qué haces eso? le pregunté.
– Para que vean los redondelos que estoy haciendo -contestó Pirata Chico con sabiduría.
Y era verdad. Vi claramente como desde aquella lejana superficie, dos pequeñas sombras se movían saludándonos.
Respondimos con saltos, gestos y entusiasmo.
Volvimos a la habitación.
-Me voy a dormir con mamá y papá, dijo con la misma convicción con la que había afirmado lo contrario.
Se escuchó el ruido de las pantuflas sobre la madera del suelo.
Y me dejó solo.
apeljor
-
Entradas recientes
Categorías
Archivos
nube de etiquetas
- "Universidad de Buenos Aires"
- actividad
- amor
- aprendizaje
- aula 1a1
- Citep
- Coetzee
- compartir
- Covid
- criterios
- cuarentena
- Cuento
- cuerpos
- cumpleaños
- decisión
- didáctica
- docentes
- docentes en cuarentena
- educaciión
- Educación
- enseñanza
- enseñanza presencial
- escuela
- Escuela Jean Piaget
- Escuela Piaget
- evaluación
- evaluación formativa
- familia
- Fundación Juanito
- guión
- hermana
- hisopado
- identidad
- infancia
- Israel
- La Piaget disidente
- Libros
- lil_miquela
- Marcelo
- Mercedes
- metacognición
- miedo
- movimiento
- muerte
- Mundial de escritura
- Máximo
- nieto
- niños
- ntics
- ntics planificar
- Ola de Calor
- Pandemia
- Pedagogía
- Periodico escolar
- planificar
- Poema
- portfolio
- práctica docente
- Relato
- Resfrío
- rúbrica
- rúbricas
- Sociedad
- soledad
- Stella Maris Maruso
- tics
- Tuli
- universidad
- vacuna
- Vanina
- vejez
- Viaje
- vida
- viejo
- Ángeles Soletic
-
- Follow piedritas en el camino on WordPress.com